Esta
semana pasada se celebró en Valladolid un congreso educativo titulado “escuela
creativa” organizado por Escuelas
Católicas. Podéis ver las ponencias en este enlace http://core.enetres.net/CoreV1/Shares/default/11CCE99ACADC45FD8F1400B2F624E522064 y leer sobre el congreso en
sí mismo en la página correspondiente: http://congresoescuelacreativa.es
No
tuve la oportunidad de participar en vivo y en directo (aunque sí pudo hacerlo
mi esposa) pero pude seguirlo vía streaming y por supuesto por lo que ya son
los canales habituales de seguimiento de eventos como Twitter. Escribo en este
post las 4 ideas que este congreso me deja como educador y como ciudadano
preocupado por la situación educativa de este país.
1.- Es una alegría poder ver la cantidad de gente interesada en
reflexionar sobre la educación, buscar caminos de mejora y compartir buenas
prácticas. 1300 personas venidas de todas partes del país y de realidades
docentes muy plurales que participaron activamente me lleva a creer que la
preocupación y el interés son
reales por hacerlo cada vez mejor buscando fórmulas óptimas para que el
aprendizaje suceda y que el alumno esté en el centro de la acción educativa
como protagonista y no como paciente.
Estimo
que esta preocupación y búsqueda real de alternativas, soluciones a problemas o
sencillamente de mejora de la calidad de lo que ya está dando resultado, son el
camino adecuado para una verdadera
reforma educativa que se irá implementando por la fuerza de su eficacia.
Aunque tarde mucho más que la impuesta por ley, será por su naturaleza, más
arraigada y efectiva.
2.- Como dije en otro post de este mismo blog, el paradigma
educativo está cambiando hacia el modelo
“SHARE”. http://e-ducoach.blogspot.com.es/2013/11/compartir-un-nuevo-paradigma-educativo.html La idea de que compartiendo nuestras ideas, iniciativas, prácticas
con quienes están en la misma aventura de la docencia, nos enriquecemos y
crecemos, se está extendiendo afortunadamente, y llevándonos a abandonar la
absurda competencia entre centros educativos, congregaciones religiosas y
búsqueda de prestigios totalmente ineficaces.
Lo
mejor para no perder una idea es compartirla. Si todos vamos en pos de una
educación de calidad que genere los resultados esperados en los alumnos, de
preparación adecuada para el mundo en que les va a tocar vivir, guardar bajo
secreto las fórmulas de eficacia del trabajo bien hecho va en contra del hecho
educativo en sí mismo. Por suerte, la nueva realidad social generada por la era
Internet, está auspiciando un cambio de mentalidad hacia una mentalidad más de
equipo, que deriva a su vez en pedagogías cooperativas y por proyectos.
3.- Desde mi perspectiva de coach, algo fundamental es llevar a
cabo un plan de acción una vez visto el cambio que quiero generar. Me pregunto
si más allá del sentimiento
emocionante de encontrarse con otros educadores, de escuchar a ponentes
magníficos con propuestas espectaculares y de sentirse parte de un gran
colectivo embarcado en una maravillosa tarea como es la educación, se generan
en estos espacios acciones específicas que posteriormente se ponen en practica
en los centros de los que se proviene.
O si por el contrario, la emoción se comparte en el evento y después se
guarda en la intimidad porque “en mi colegio, hacer todo esto es
imposible” .
¿Cómo
hacer para pasar de la admiración a la imitación? ¿Cómo perder el miedo a poner
en práctica lo que a otros les está funcionando? Caminar a hombros de gigantes.
Subirse sobre las espaldas de quienes ya han alcanzado una alta talla. No es
necesario recorrer todo el camino que ya han transitado otros, ni tropezar en
los mismos obstáculos, ni cometer los mismos errores. Aprovecha la experiencia
de los demás y empieza a caminar desde donde otros llegaron y no te preocupes,
quedan errores por cometer nuevos y obstáculos que salvar desconocidos, no te
va a ser tan fácil. Pero avanza desde donde ya hemos llegado todos porque somos
comunidad. Esta fue la clave del “milagro japonés”: fijarse en los mejores,
imitar a los mejores y superar a los mejores.
4.- Tengo la sensación de que
empieza a existir una “burbuja formativa”. Observo con asombro que cada semana
hay cientos de cursos, seminarios, congresos, etc. para la formación, actualización
y reciclaje del personal docente, que con entusiasmo participa en ellos y
comparte sus experiencias a través de las redes sociales.
Dentro
de este mundillo de la formación del profesorado empiezan a destacar algunos
“gurús”, especie que prolifera en el social media como habitat propicio. Y como
ocurre en todos los ámbitos, hay gurús que se han ganado su prestigio con un
gran trabajo reconocido y otros que son verdaderos vendedores de humo, que
recuerdan al cuento del ”traje nuevo del emperador”. Profesores aprendiendo a
hacer lo que ya hacen en sus aulas, pero de forma anglo-renombrada y que para simular ser innovadores
tuitean y facebookean mientras piensan: “yo creo que el emperador va desnudo”.
Finalmente,
la validez de cualquier acción formativa se demostrará con la práctica. Ese entiendo
que debe ser el objetivo de este tipo de congresos, juntarnos para poner en común
lo que nos está dando resultado, compartir a su vez nuestras dificultades y a
partir de las propuestas de expertos en el tema buscar nuevos caminos de mejora
que tengan siempre como protagonista al alumno. Un alumno/a que se convierta en
agente de cambio de un mundo que camine hacia una mayor solidaridad, compromiso
con el más débil y progreso humano.
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