INFORME PISA: Vale ¿Y qué?




Acaba de salir el nuevo informe PISA y por supuesto, la comunidad educativa está revolucionada. Twitter y demás redes sociales arden en comentarios a favor, en contra, neutros o solamente enlazando a los datos. Por supuesto los ministros correspondientes concluyen que el informe demuestra que sus medidas son las adecuadas, mientras la oposición llega exactamente a la conclusión opuesta con los mismos datos.  

Como decía Ken Robinson refiriéndose a las pruebas de CI: "Las pruebas para medir el coeficiente intelectual de un muchacho sólo miden la capacidad del sujeto de hacer pruebas de ese tipo". Probablemente las pruebas PISA sólo midan la capacidad de hacer pruebas PISA. Ante los resultados tan buenos de China, se ha empezado a cuestionar si  si a los chinos se les prepara específicamente para pasar estas pruebas.

¿Habrá alguna forma de que PISA nos arroje algún dato objetivo que podamos utilizar para mejorar la educación en un nuestro país ? Estoy convencido de que sí. Al menos tres cosas estimo que son claras:

La primera es que independientemente de cómo sean estas pruebas, de su objetividad, adaptación a las diferentes realidades o contextualización, siempre va ser mejor estar entre los  primeros puestos de la tabla que entre los últimos. Lo que signifique eso, es arena de otro costal. Es muy posible que estar un puesto por delante de Francia no haga nuestra educación mejor que la de los franceses ni estar uno por detrás de Italia nos haga peores. Pero estar por debajo de la mitad, midan lo que midan estos resultados, no es un buen dato. Otra cosa es si ese dato tiene alguna importancia. 

La segunda es que el informe pone de manifiesto que la desigualdad social se evidencia en la educación. De modo que a peores índices socio-económicos de la población, equivalen peores resultados educativos. Nada nuevo para quien tenga los ojos abiertos y haya salido de su barrio alguna vez en la vida. 



La novedad estará si aceptamos de una vez por todas que una reforma educativa no es sólo cuestión de currículum, sino que precisa paralelamente una serie de medidas de carácter social que consigan un cambio de mentalidad hacia una mayor valoración de la necesidad de la formación, un apoyo de recursos a quienes carecen de ellos y una mejor adaptación práctica de los contenidos formativos a la vida real. 

No es justo que la diferencia entre estudiantes del norte y del sur del país pueda llegar a ser equivalente a un curso y medio de desfase. ¿Tengo que aceptar sin más que mis hijos por escolarizarse en Cádiz nunca van a alcanzar el nivel de los hijos de mi hermano que vive en Bilbao?  Para darnos cuenta de esto es probable que tampoco necesitáramos de PISA, pero es una realidad que debe ser atajada con inmediatez. Esto sí es una ofensa al país, más que las que se acaban de recoger en la nueva ley de seguridad. 

La tercera cuestión es la necesidad de ponerle una vigilancia a nuestro afán comparativo entre países. Los países asiáticos consiguen unas altas puntuaciones, como es el caso de China o Corea. Vale. ¿Y qué? ¿Queremos un sistema como el coreano? Porqué no podemos obviar que el sistema educativo va dentro de un sistema más global que implica la forma de gobierno, las características sociales de la población y el régimen de libertades, por supuesto. Eso no quita que haya algún elemento de lo que está haciendo que sea importable. Conscientes, eso si, de que dicho elemento por sí solo no va a provocar el cambio esperado sin una reforma profunda. 

La tentación por ejemplo de comparar con el modelo finlandés es grande. Y sin duda hay elementos generales de  ese modelo que obviamente serían positivos en su aplicación en nuestro país. Por poner un ejemplo: elegir a los estudiantes de mejores notas para la carrera de magisterio  no puede ser algo malo. Sin duda tiene que ser mejor que elegir a los de aprobado raspado. ¿Significa eso que un estudiante que llega a la selectividad por los pelos no puede ser un buen maestro?. Por supuesto que no. La realidad de un joven (todavía casi adolescente) de 17 años puede cambiar mucho a los 25. La maduración propia de la vida puede hacer de él un magnífico profesional. 

En conclusión. No creo que sean los resultados PISA los que nos estén dando las indicaciones de que hace falta una reforma educativa. Creo que es un informe que da algunas referencias u orientaciones, pero que por la amplitud de sus datos es demasiado sensible al sesgo y la demagogia. Algunos titulares de esta semana eran: "gastar más no produce mejores resultados". ¿Se está insinuando que gastar menos sí los producirá?

Desde la metodología del coaching procuramos fijar la atención en la solución más que en el problema. Es decir focalizarnos en lo que sí funciona más que en lo que no lo hace. Estimo que sería muy interesante, de cara a una mejora en los resultados de cualquier evaluación que se pueda hacer al sistema educativo, ya sea interna o externa, ver qué elementos tienen las prácticas reales de profesorado, alumnado y gestión o dirección de centros  que YA están dando buenos resultados. Hay muchos colegios, escuelas, institutos, universidades, públicos y privados que destacan por su hacer bien las cosas. ¿Por qué no analizar qué se puede extrapolar a otros lugares de ese mini-sistema? En la práctica es lo que de manera no-formal estamos haciendo los educadores que compartimos en red. Aprender unos de otros, aprovechar la elaboración de contenidos, enriquecer ideas compartidas, en definitiva tratar de hacer del sistema un organismos vivo que trabaja por su mejora desde la dinámica interior de autoconocimiento del propio organismo y no desde la imposición de un cerebro que no sabemos lo bien que funciona. 


   

1 comentario:

  1. Necesariamente, es importante ser evaluado, para de ese resultado se puedan y deban de tomar decisiones, indudablemente para mejorar. No podemos adoptar medidas como, que eso no significa una nueva reforma educativa?, o para que gastar más no garantiza mejores resultados?. Pero con que ideas, con que planteamientos, con que principios estamos precisando ello, pareciera que solo queremos dar alguno que otro planteamiento, para ver que resultados podemos esperar. NO SON CORRECTOS esos pareceres. Nuestra Educación debemos proyectarla, planificarla, mejorarla, sustantivamente, no con paliativos, ni reformas mediatizadas. Es importaqnte realizar mayores esfuerzos, de ello depende de el adecuado uso de nuestros recursos y por consiguiente la Economía de nuestro País.

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